viernes, 28 de diciembre de 2012

El Clima en Aconcagua


Las personas que transitan por los valles y montañas del Parque, dan cuenta de la rigurosidad del lugar. Aconcagua se diferencia de otros cerros y cordilleras del mundo, las que son considerablemente más benignas para los visitantes al ser de menor altitud y tener mayor humedad y precipitaciones.

Por ello es necesario advertir a aquellos que visitan Aconcagua que deben ser precavidos y respetuosos ante estas dificultades, con mayor razón si nunca han concurrido a áreas de montaña de gran altitud.Al llegar al área los visitantes se encuentran inmediatamente expuestos a la fuerte radiación solar, producto de la diafanidad de un cielo de altura, puro y mayormente despejado. Esta exposición acompañara al visitante durante toda su estadía. Por su árido clima el aire es sumamente seco y provoca la pérdida de grandes cantidades de líquido corporal, lo cual, sumado a la permanente radiación de los agresivos rayos ultravioletas, obliga a tomar las pertinentes medidas de protección como hidratarse continuamente y utilizar un adecuado protector solar (factor 65).

El aire seco posee muy poca humedad en suspensión, por ello casi no posee “inercia térmica”, al caer el sol en el horizonte, en el atardecer, desaparece la fuente de calor y en minutos se enfría el ambiente bajando muchos grados la temperatura. A esto se denomina “amplitud térmica” que en el caso de Aconcagua es extrema, pasando en el mismo día de temperaturas de más de 25º C a – 5º C en los valles bajos, y a medida que se asciende a mayores altitudes aumenta la amplitud térmica.

Ascendiendo por los senderos del Parque, el aire seco de altitud y la falta de oxigeno demandan del visitante un mayor esfuerzo físico del usual lo cual se suma a la dificultad propia de transitar por intrincados senderos de montaña caracterizados por pendientes variadas en grandes espacios abiertos y solitarios.

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