miércoles, 9 de enero de 2013

Con la Hembra de Frente



Después de una jornada larga y exigente, 5 horas 41 min de caminata y bajo un sol que no daba tregua y pasar por un río helado; los expedicionarios finalizaron su etapa de hoy. A continuación el relato que nos enviaron. 
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Desde nuestro último comunicado han pasado cosas que le alegran el alma a un montañista.

Primero en la noche de ayer logramos compartir un auténtico asado gaucho con los gauchos arreadores de mulas. Desde la noche en pampa de leñas veíamos como como los diferentes expediciones compartían su asado y nosotros muy italianos sólo con pasta. En una conversación que tuvimos con un guía el día de ayer le preguntamos si era posible tener acceso a algo de proteína animal. A la hora se acercó otro guía y nos comentó que los gauchos eran tímidos pero que claro que nos podían vender un auténtico asado.

Como los gauchos son peligrosos y complicados decidimos mandar al Heavy a negociar (es corredor de bolsa y está a la altura de las circunstancias). A los 5 minutos su sonrisa resplandecía en todo el campamento y solo por 100 dólares comimos, carne , pollo, pan, ensalada de papa (si los que me conocen dirán como!!! y comí!!!!) y una botella de vino. La verdad es que ese momento fue bien especial no solo por la comida sino por la compañía de los gauchos.

Hoy decidimos madrugar, nos levantamos a las 6 y media de la mañana y fuimos los últimos en salir del campamento, problemas fisiológicos de último momento de algunos de nosotros nos impidieron abrir el camino de las otras 54 personas con las que compartimos campamento.

A los 5 minutos de caminata teníamos que atravesar un río. Como nuestra expedición es laica y pobre además, no teníamos mulas que nos ayudaran a cruzarlo. Nos quitamos los zapatos y en compañía de nuestros amigos argentinos e italianos nos aprestamos a cruzar. Descubrimos que además de café y espumoso, el rió es helado e insoportable por la cantidad de piedras que tiene. Sin sentir los pies comenzamos nuestro ascenso al campamento base.

Detrás de un guía Peruano y su grupo de casi 20 personas comenzamos a subir lentamente por un cañón estrecho y enfilado por espacio de unas dos horas hasta encontrarnos con otro río que debíamos cruzar. Como nos negábamos a vivir el suplicio de nuevo, vadeamos hasta encontrar un cruce angosto y un tanto profundo que nos permitía saltar. Desde ahí comenzamos a subir por una serie de mesetas y pequeñas montañas con la hembra terracota y el mercedario de frente. Debo acá hacer una claridad, cuando dijimos que veníamos al Aconcagua nos dijeron que era fea. Debo decirles que no es cierto, es bella como todas las montañas, es imponente y difícil eso si. El paisaje era maravilloso.

El camino era empinado y polvoriento con el mismo sol que nos ha acompañado. No había piedras lo cual era un alivio. En su remplazo tábanos enormes nos escoltaban haciendo las delicias con nuestros cuerpos. Alrededor del camino las montañas eran más verdes que las de los días anteriores. Vegetación enana parecida al musgo con brotes de flores amarillas y una luz maravillosa que resaltaba todo lo que veíamos.

Al cabo de casi 6 horas de caminata llegamos por fin a plaza argentina a 4200 metros de altura. Hicimos 1.100 metros de desnivel en 6 horas.

En plaza Argentina el paisaje fue distinto. Nos recibió Beto en nuestro campamento y nos señaló nuestro comedor, una carpa enorme de unos 5 metros de larga por 3 de ancha y 2 metro y 50 cm de alta. Dentro de la carpa sandías, naranjas, piñas, pan dulce, quesos, galletas, jugos, chorizos y muchas mas viandas nos esperaban. La verdad es que siendo tan bien educados como somos no dejamos nada en los platos por pura cortesía. Esto fue la gloria!!!!!

En este oasis estaremos descansando mañana para iniciar los ascensos a la hembra terracota que ya tenemos de frente.

Desde Plaza Argentina

Eduardo Lleras

Todas las fotos de esta etapa las pueden ver en https://www.facebook.com/media/set/?set=a.308324565954929.72939.301572209963498&type=1




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